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las hipótesis de transformación
de francisco - conversatorio

Junto a compañeros y compañeras de diferentes ámbitos institucionales  -políticos, académicos, movimientos sociales- conversamos sobre el documento del PFFM “Las hipótesis de transformación de Francisco”. 

En una coyuntura donde las recetas de la transformación se agotan y los proyectos se limitan, en el mejor de los casos, a salir de la crisis, pandémica, pero también sistémica, el Papa del sur global introduce una novedad que no quisiéramos que se desaproveche. Desde sus imágenes concretas, sus planteos no capturables por las lógicas binarias, y también con una poesía que rebalsa los discursos expertos, queremos pensar cómo se imagina, conceptualiza, propone y realizan hipótesis de transformación, de lo social, de lo político, de lo colectivo, y en general. 

Con libertad de espíritu y de palabra, le propusimos a nuestro colegas desbordar las hipótesis que pensamos, tensionarlas, completarlas en testimonios. Aquí compartimos el registro de este rico intercambio de perspectivas y actores diversos.

Néstor Borri – Los invitamos a compartir este momento  para trabajar el texto que acabamos de publicar en el PFFM, “Las hipótesis de transformación de Francisco”. Queremos pensar cómo se imagina, cómo se conceptualiza, cómo se propone, cómo se realizan, hipótesis de transformación, de lo social, de lo político, de lo colectivo, de transformaciones en general. Y lo anclamos en una de las referencias de los cuatro ejes que tenemos en el Polo: la perspectiva de Francisco utilizada como mediación, apalancamiento y disparadora.

Santiago Barassi – Gracias por acompañarnos y seguir este ámbito de encuentro y reflexión que es el PFFM. Venimos tratando de generar otra vuelta de rosca a los planteos iniciales que son la base del Polo y que estuvieron en el seminario que compartimos el año pasado. 

La idea de hoy es poner a discutir y a pensar un poco más este documento, “Las hipótesis de transformación de Francisco”, que después de mucho tiempo, reflexiones y diálogos, algunos iniciales que estuvieron el año pasado en el seminario, pero que de algún modo las seguimos puliendo y sistematizando con Néstor, sistematizamos o hicimos una propuesta conceptualizada, de las hipótesis de transformación en el pensamiento y del pensamiento de Francisco. 

Cuando analizamos el mensaje de un Papa, está atravesado obviamente por el magisterio de la Iglesia, por el lenguaje y los códigos internos de la institución, por el anclaje en el evangelio. Pero la invitación es a tratar de extraer una raíz cuadrada de algo que está más implícito o más explícito en los diferentes planteos que hace Francisco. Esas son las doce hipótesis que están en el documento, a las cuales agregamos también su correspondiente podcast incorporar y consumir otros formatos y otros sentidos. Evidentemente, en estos tiempos con el escrito solamente ya no alcanza. 

Les propongo una enumeración breve de algunas de estas doce hipótesis, para después abrir la palabra y tensionarlas, retrucarlas, darle una vuelta de rosca, y ver qué más va surgiendo de esto que es un punto al cual nos parece que hay que tratar de llegar con el pensamiento. Está el desafío, con Francisco particularmente, de dejar de tomarlo solo como cita de autoridad y encontrar coordenadas para entrarle más prolíficamente al tema.

Creemos que en estas hipótesis hay algo que sirve para pensar las transformaciones macro, pero también para pensarlas a nivel intrainstitucional. Porque muchas de las cosas que nosotros vemos en el pensamiento de Francisco es que a veces habla urbi et orbi, sobre los problemas de la humanidad entera, y otras veces habla hacia el interior de la Iglesia, en todo su abanico, en todas las instituciones que él preside de forma directa. Por eso estas hipótesis de transformación no son solamente de transformación social, o de cómo hacer la revolución, sino que también pueden servir al interior de una institución, en esa doble escala.

Santiago Barassi – “Esfera / poliedro” es la primera hipótesis. Van a notar que muchas hipótesis están presentadas en pares. Hay algo en el pensamiento en general de Francisco que son las polaridades. Y la geometría es utilizada muchas veces como recurso para construir escenarios o pensar en metáforas de  lo social. Desde la esfera y el poliedro, entonces, podemos pensar cómo se conecta o se enfrentan las formas perfectas y armoniosas con lo impuro, con lo que tiene aristas, con lo que termina de ser una imagen lisa, sino que es una imagen con textura. La esfera y el poliedro como dos referencias, y el poliedro como una imagen de respuesta a la esfera de la globalización y el neoliberalismo.

“Dialéctica / polaridades” es la segunda. La dialéctica, desde Hegel para acá, pasando por Marx y varios más, tuvo un peso muy fuerte a la hora de abordar cualquier proceso de cambio. Esto de cómo se llega a las síntesis desde los opuestos. Es muy recurrente en el pensamiento de Francisco que las polaridades que no terminen nunca de formar síntesis, sino que encuentren una especie de tensión armoniosa, y en esa tensión armoniosa, ninguna termina de subsumir a la otra parte. Si bien hay un elemento que conduce, el otro lado queda integrado dentro del todo. 

Néstor Borri –  Cada una de estas polaridades habla con algo muy contemporáneo y a la vez con algo muy de fondo de la modernidad. La figura de la esfera es una discusión a la figura propuesta para la globalización homogénea, pero, por ejemplo, también puede ser una discusión con Platón, si vamos al caso, porque discute las figuras perfectas, lo liso. Y al mismo tiempo, tiene una cosa muy intuitiva. Si acaso discute con Hegel, discute en la forma de hacer síntesis, y en algún punto Francisco no termina de hacer síntesis del todo, sino que mantiene las polaridades conjuntas, una manera de resolver los opuestos y manteniéndolos vivos a la vez.

Ahí, el referente más propio, específico y literal es un alemán de apellido italiano, Romano Guardini, y otro que es un alemán de tierra argentina, Rodolfo Kusch. Cada uno, desde distintas vertientes, proponen el sí y el no. El principio de identidad y el principio de contradicción no se realiza a la manera clásica por la hegemonía de una síntesis final, sino que quedan vivas las dos polaridades. Un poco en broma, uno podría decir que la palabra latinoamericana que funge como respuesta a cualquier pregunta hecha por un eurocentrista es: “depende”. Es un sí y no. Vivimos en esta tierra donde todo es sí y no, todo es al revés y es a la vez, y se mantiene en tensión.

Santiago Barassi – La número tres es “estructura íntima / acariciar los conflictos”.  La pregunta podría ser también, “¿cuál es la estructura íntima de los conflictos?”. Viene de una frase del Papa presente en el exhortación postsinodal del Sínodo de la Amazonia, y la utiliza como un modo de salir a una tensión producida en ese evento sobre si es necesario ordenar sacerdote a gente casada para resolver un problema de falta de vocaciones en la Amazonia. Entre los sectores más progresistas y conservadores había algo muy tenso. Durante ese tiempo, los sectores más conservadores apretaron mucho, y ahí es donde Francsco plantea la necesidad de ir a la estructura íntima de los problemas o los conflictos. 

Lo que señala como la principal enfermedad de la Iglesia es el clericalismo. En el fondo, lo que dice es: “si vamos a la raíz de este problema, no es más o menos sacerdotes, casados o célibes, sino que hay que ver el tema del clericalismo”. Más allá de que fue una salida política, porque estaba en un atolladero, Francisco identifica dos niveles en cómo se presentan los problemas. Hay un primer nivel, que es el de lo evidente, lo público. Pero hay que ir a la estructura íntima, y ahí se puede resolver o destrabar el problema. Si lo resolvés en la primera capa, inevitablemente eso después se va a actualizar, sin encontrar una solución de fondo.

Y la segunda parte de la hipótesis viene de una respuesta que Francisco da cuando le preguntan sobre Palestina. Él dice que hay que acariciar los conflictos. Acariciar viene unido a esto de la intimidad, de ponerle carnadura, de no hablar de los conflictos en abstracto sino humanizar los conflictos y tener la dimensión de qué es lo que se está jugando en términos de vidas humanos en ellos.

La cuarta hipótesis es “pasada de rosca / desborde”. La hipótesis de transformación por desborde quizás sea la más explícita que le encontramos a Francisco como tal. De hecho, es la inspiración real de este documento. En Querida Amazonia, el mismo documento donde habla de la “estructura íntima”, plantea que las cosas no se transforman por una dialéctica, por anular el problema, por tomar una decisión tajante, sino que vienen por desborde. A partir de integrar, sumar y metabolizar a todos los actores, las visiones y las partes, se empieza a generar un desborde de las estructuras y de los conceptos con los cuales veníamos pensando o tratando de abordar una situación conflictiva. 

El desborde aparece como el resultante de un concepto o una estructura que encuentra su límite para contener una dinámica social, institucional, generacional. La transformación termina siendo la consecuencia de que se evidencie esa estructura, la cual no logra contener a la totalidad, al conjunto de la vida, de lo que allí va sucediendo. 

La oposición al desborde que pusimos es el “pasado de rosca”. Cuando Francisco habla de un mundo que se pasó de rosca se refiere al sistema financiero y la sociedad de mercado en el siglo XXI. Lo ponemos como polaridades, porque a veces el desborde y la “pasada de rosca” se acercan y se parecen demasiado. Pero la pasada de rosca es un ensimismamiento en el propio pensamiento, en la inercia de lo que uno viene llevando adelante. Pasarse de rosca tiene más que ver con darle y darle a una idea, a una obsesión, a una inercia, y es eso lo que termina generando una ruptura. Por eso nos parecía interesante y buena la figura como oposición a lo que desborda.

La quinta hipótesis, “salida / sinodalidad”, va en línea con esto. Surge la necesidad de ponerse en salida, lo que quiere decir salir de esa dinámica e inercia en la cual veníamos pensando las cosas. Pensar en salida, abordar los procesos en salida de los lugares desde los que veníamos abrazándola. Y la salida aparece de la mano con la sinodalidad, que es una instancia muy institucional en el pensamiento de Francisco. La sinodalidad de la Iglesia como un camino de la incorporación, y del desborde. Para tratar de resolver muchas de las cuestiones que tienen que ver con los nudos de la doctrina o los límites de la institución Iglesia para pararse en este ya avanzado siglo XXI, Francisco abre la palabra, convoca, suma actores. Suma cardenales, pero suma también otros actores y complejiza las voces. Al abrir, aparecen nuevos caminos, y ahí es donde hace la apuesta Francisco. 

Néstor Borri – Hay siete hipótesis más, pero lo vamos a dejar acá para poder escucharlos a todos. Los invitamos libremente a decir sus resonancias, comentarios, señalamientos y preguntas. Con libertad de espíritu y de palabra. La idea es que podemos desbordar esto mismo que nosotros proponemos.

Pedro Munaretto – Me resonaba lo que dijeron sobre la resolución o tensión de las polaridades. Desde ciertas coordenadas en las que uno se forma académicamente, pero también en la política, pienso a quien puede ser que le hable Francisco al oponerse a la dialéctica: A Hegel, sin duda, a Marx, en el sentido obvio, pero también, y más complejamente, pienso que es una forma para salir de los “fines de la historia”, en términos de lo que es un programa político. Un programa que busca el fin de la historia es un programa, en definitiva, dialéctico, y bastante inhumano. Además de mítico, en el mal sentido. Hegel hablaba del fin de la historia porque ya había sucedido. Marx habla del fin de la historia porque es lo que se busca y se anhela. En cambio, Perón no busca el fin de la historia. Y digo Perón para ilustrar lo que me surge a partir de esta idea de los pueblos enfrentados a la dialéctica: que la batalla sea una batalla constante. En la marcha peronista se canta “combatiendo el capital”, no se canta “eliminándolo” o “transformándolo”. Aunque a veces, como todo pueblo, estamos un poco entre medio. En todo caso, pienso que es un desafío pensar entre los polos y en esa batalla constante. Y también lo pienso partir de las resonancias que me dejó la actividad con Néstor, Santiago e IDAES junto a Bruno Latour de pensar una política en la guerra para evitar el fin del mundo y para hablar después del fin del mundo, jactándose del nuevo orden mundial. 

Agustín Cardini – Hay dos cosas que me parecen importantes. Una es que sería interesante pensar alguna coordenada que vaya desde Francisco a América Latina. Pensar alguna línea tomando los conceptos de pueblo, patria grande, casa común, en el contexto de América Latina sería muy interesante. Recogiendo tanto sus viajes como sus discursos me parece que hay algo muy importante para que podamos pensar algo de casa común y América Latina. 

Y por otro lado, también me interesó el tema de política y tacto. La utilización política de la parábola del buen samaritano, en Fratelli Tutti, nos saca un poco de cierto cognisismo, de ciertas lectura a priori de las cosas, de ciertas polarizaciones, un poco absurdas a veces, y muestra que se pueden buscar salidas desde el tacto, desde estar con el otro, desde acercarse al otro para levantarlo. Y hay algo que para la política que nos hace falta, sobre todo en este tiempo, donde hay un remolino que muchas veces nos lleva puestos en la discusión mediática, política en general, y no solo por culpa TN, también por nuestros medios, deplorables en muchos sentidos. 

Tenemos que ayudar a pensar desde otro lugar. La presencia, el estar, el tacto, el acompañar,   le genera a la política otro tipo de componente. Algo que experimente en Formosa, en mis años de trabajo acá, es cuanto efectiviza la acción de estar con el otro. Es algo que provoca. La empatía, la cercanía, y hasta los votos, todo eso provoca un contacto distinto, uno que permanece más allá de la política y el gobierno. Tomo el buen samaritano por eso, como ejemplo de salir de ese camino de posición estéril que muchas veces nos atrapa a nosotros, a nuestro círculo de discusión. Podemos dar un paso distinto por ese lado. 

Javier Castagnola – Yo voy a decir algo que no se si esta en línea con todos los planteos, pero lo digo desde mi ignorancia o mi falta de comprensión. Los puntos del documento los entiendo como muy buenos conceptos de análisis. Pero me cuesta entenderlo como hipótesis de transformación. Quizás hay alguno que más rápido me cae la ficha. Pero esfera y poliedro, por ejemplo, lo leo, lo releo, y me suena que hay que darle más vueltas y ponerle más hipótesis. Me resuena más como una clave de lectura que nos pone Francisco, de lo que nos sucede y de la comprensión hecha complejidad, que como hipótesis de transformación. En cambio, hay otras duplas, por ejemplo la sinodalidad y el desborde, donde está más claro. Son hipótesis de transformación, y una hipótesis que ustedes dos, habiendo masticado y factoreado tantas veces a Francisco, se animan a poner y a afirmar como una hipótesis que propone Francisco para transformar esta realidad que estamos viviendo. 

Me gustan los conceptos para ordenarme a mí y para ordenar la lectura que hago de Francisco. Me ayuda a ordenar lo que trabajamos el año pasado con ustedes, en este trayecto de Polo Formativo, y en otros encuentros y lecturas que he hecho de Laudato Si y Fratelli Tutti. Pero son conceptos potentes que ayudan a leerlo. Solo algunos los siento como hipótesis para la transformación. 

Y la otra cuestión, que hablo desde la escuela, es que me ayuda para pensar esto curricularmente. El desafío que estamos teniendo en este momento es cómo hacer de Laudato Si un contenido curricular transversal a la escuela, desde todas las ciencias. Estas claves me ayudan a seguir pensando a Francisco desde la escuela, a como poner una palabra potente, que abre, y, como lo dice el Papa, que tiene todavía cierto paraguas, sobre todo en algunos sectores donde decir cosas cuesta mucho. 

Lucila Melendi – Lo que me llamó la atención en la lectura del documento fue la manera singular en la cual aparece el conflicto. Me parece importante, porque es algo en lo cual vengo trabajando. Estudiar la política minera me llevó a prestar atención a los conflictos ambientales. No fue al revés. Yo llegué desconfiando un poco de lo ambiental, y lo que descubrí fue un campo minado en el cual se manifiestan contradicciones que uno sólo podría discutir entre agentes concretos, en conflictos concretos.. Porque distintos discursos ambientales, ambientalismos desligados de conflictos concretos, muchas veces son parte de estrategias mayores, incluso del capital concentrado. Pero al mantener el foco en el conflicto, al observar quiénes son los actores concretos que se están enfrentando, uno va dando y descubriendo diferentes luchas. En ese sentido, más allá de lo ambiental, creo que poner el ojo en los conflictos ofrece hipótesis de transformación. Las hipótesis no pueden ser elaboradas a priori, pero sí aparecen en la práctica, y pueden ser profundizadas a partir de la organización y la circulación. Eso es lo que me resonó de la lectura del documento.

Néstor Borri – En lo que dice Lola de la presencia del conflicto, en el caso de Francisco es un concepto con su propia raigambre en la política argentina. En un doble sentido, la presencia del conflicto pero también los conflictos de la presencia. De hecho, es algo que le critican al Papa. Hay quien dice que al final lo único que dice Bergoglio es que hay que estar. Hay que estar “junto a”. Son los conflictos de la presencia y de la presencia. y eso es interesante porque, por ejemplo, para  acariciar los conflictos solo se puede estar. Pensar es desde lejos, pero hay ahí algo de estar con el pueblo, de estar cerca de la presencia y en la presencia. Y también me parece interesante oponer conflicto con discursos. En general, el conflicto suele oponerse a la armonía, pero en este caso se opone al discurso, o quizás a la ideología.

¿Desde dónde habla y que hay en esta matriz? Porque un podría decir Bergoglio está en la Iglesia Universal como latinoamericano, pero también está en América Latina como Argentino. Y dentro de Argentina, como porteño. Entonces hay una cosa ahí, una vía particular que lo hace pertenece.  Una singularidad que se sustrae a la totalización. Siempre le pone una arista a la esfera. 

Santiago Barassi – Para sumar a lo que decía Lola, y que se vincula también a lo que dijo Pedro de la diferencia escatológica, de las cosas últimas, hay algo en el Papa donde está mucho la cuestión situacional. De decir “vamos a mirar los conflictos”. Y ahí aparece algo que es una de las hipótesis también:  la cuestión del discernimiento, un poco en contradicción o en oposición a la doctrina. 

En Francisco es muy recurrente el discernimiento como un valor por encima de la doctrina, o como una doctrina aplicada. No está alejada del conflicto puntual, sino aplicada. Es un conflicto situacional, y la doctrina se aplica en un caso puntual. Y que es lo mismo que mencionaba Agustín en esta cuestión del estar. Si estás en Formosa vas a tener un mapa de lo que pasa en Formosa mucho mejor de los que lo miran por TV. La doctrina, o, o, muchas veces, la ideología, es lo que combate Francisco. Con el tema de la minería es muy importante. Se piensa cómo tratar de desmalezar la situación para llegar a esto de las estructuras íntimas. Cuando habla de las estructuras íntimas del conflicto, un poco se está diciendo en un lenguaje más teológico lo que mencionaba Lola de conocer qué está sucediendo ahí, cuales son los actores, y como está estructurada la discusión.

Agustín Cardini – Retomo lo que planteaba Javier sobre la pregunta de si son herramientas de transformación o interpretaciones. Hay un silencio muy fuerte en el país hacia las menciones a Francisco que no sean anécdotas o mostrarlo con un sombrero en un viaje. Es muy llamativo, y más allá de la grieta, es llamativo el silencio de estos discursos. Por eso es interesante esto que decía Javier de cómo presentarlo a Francisco en nuestros ámbitos, de cómo introducir las bases que permitan romper algunas cosas de su pensamiento. Porque es llamativamente fuerte el silencio que hay sobre él.

Nicolás Del Mastro – A mi me ayuda mucho la lectura del material, y sobre todo los podcast, y lo que rescato de la propuesta es que hace parar un poco la pelota para que podamos pensar concretamente lo que vivimos en este momento histórico, en cada ámbito de inserción. Yo noto una propuesta que se presenta de manera directa, concreta. Si a los europeos les cuesta entender a Francisco, a los argentinos también a veces nos cuesta. Y ahí aparece Factor Francisco para hacernos la tarea un poco más fácil. 

A mi me toca formar parte de una organización que fue moldeada por el Cardenal Bergoglio, Y después de leer el documento, puedo decirles que en mi experiencia uno empieza a ver un método que se aplica claramente, y todos los elementos están presentes respecto lo que se indica de la transformación. Lo veo concretamente. A nosotros nos ha tocado atravesar la situación de ir a lo profundo del conflicto, de las periferias existencial, cuando hablamos de  personas que están en situación de explotación, sexual, laboral o infantil. Más situación de periferia existencial no encontramos. Y en esto de embarrarse en el conflicto o atravesarlo, saltando de la lógica ONGista, de pintarnos la cara y decir ”tributamos a este esquema político, partidario”. Hay todo un repertorio para ir desentrañando un poco lo que ha moldeado Francisco, y ha dicho Francisco. Respecto de la periferia, en el ámbito territorial, sin lugar a dudas.

Fíjense concretamente, en el momento más oscuro de los últimos años de Argentina, cuando tuvo elección popular lo que nunca pensamos que podía llegar por elección popular en Argentina, en ese momento, nos corrimos del centro y fuimos a las periferias existenciales del país. Y no nos vieron venir. Subestimaron la avalancha de una necesidad que se iba a  expresar electoralmente. Y hoy en día, coyunturalmente, lo que tomó como hipótesis de transformación tiene que ver con el lugar en donde uno se sitúa para aplicar este método, cómo ir a buscar en los problemas, cómo ir a atravesar el conflicto, y cómo, por desborde, buscar que el estado reaccione. 

Hoy nos toca a nosotros, desde la gestión pública, estar trabajando en un tema el cual es muy lindo para los organismos internacionales hacer un como si, poner plata, sin ir al fondo de la cuestión. Francisco toma estos elementos que están presentes en el texto, que son los de nuestra historia, como continente y región. Lo toma de famosa carta de los cuatro principios, escrita por Rosas a Quiroga, lo toma en la historia de Maman Tula, lo toma en la historia de las misiones jesuíticas, lo toma en la historia del Estatuto del Peón Rural que hizo Perón. Ahí toma Francisco la lucha contra la esclavitud. Lo toma, también, en la forma de descarte humano más concreta, más patente, que hoy estamos viendo con las vacunas. Hay países que están vacunando a menores de 12 años y hay países que van a empezar a vacunar en el 2024. Hoy escuché a un tipo de una empresa farmacéutica en el Congreso hablar de clientes, y no de pacientes. Ya ni en lo estético, ni en cualquier cosa, se cuidan de mostrar la hilacha. Esa es la pasada de rosca. 

Más que el descarte, la cultura del reviente, de la que hablan los pibes de los Hogares de Cristo. Ahí está el conflicto. Es la cultura del reviente. Y el desborde que nosotros vemos se da cuando ponemos las cosas arriba de la mesa. Cuando decimos “che, estado, tenés que poner plata para esto”. ¿Desde donde? No desde afuera del Estado, sino con las patas adentro. Y ahí vemos que se pone en tensión permanente todo. 

Hay un problema con respecto a la polaridad que para muchos es natural: la lucha de contrarios. Esto viene de los primeros griegos, como decía Néstor. En este esquema, en esa lógica polar de los que se atraen entre sí, corremos el riesgo de pasarnos de rosca con la grieta, un elemento que está y que no que suma. A mi me parece que nos pasa siempre, permanentemente.

Por eso tomo este documento como un método que nos permite interpretar lo que estamos haciendo. Aplicar, no esas categorías, sino, en la realidad efectiva, esas situaciones que son de transformación. Nos pasó cuando tuvimos que decidir dejar de ser una organización que solamente escuchaba las situaciones del peor territorio del país, con el ingreso per cápita más grande, que es la Capital Federal, para embarrarnos en ese territorio.  Ahí hay una interpretación de un movimiento histórico que en Argentina se condensa en la expresión nacional y popular, y que busca concretamente en su columna vertebral aquello que hace constitutivo a ese sujeto histórico, social, del que habla Francisco, que es el pueblo, que son los trabajadores. Esta herramienta fue resistencia, y hoy tiene que tensionar, tiene que incidir para que el rumbo sea ir a esa periferia, a esa salida, a atravesar el conflicto, con menos escritorio y con más territorio, menos convencidos y con más aplicación de sustentación, con más interpelación. La metodología que plantea Francisco al interior de la Iglesia nosotros la tenemos que pensar, no solamente al interior del movimiento, sino en el ámbito de inserción de cada uno. 

Néstor Borri – Es bastante claro que lo que Francisco lleva al concierto mundial del pensamiento, de los estados, y de los organismos, es casi la única presencia de las periferias. No la única exclusiva, pero el panorama es bastante árido en cuanto a voces disonantes en el concierto mundial. Lo cual en realidad es bastante paradójico, porque el concierto mundial está bastante desafinado y hay muchas voces. Pero para desafinar y representar ciertas cosas, en Francisco está eso.

Pero sería interesante pensarlo en el sentido inverso. ¿Qué puede representar el pensamiento de Francisco visto para acá? Porque lo que le dice a los “malos”, dicho simplificadamente, es algo que vamos a consensuar rápido. Pero creo que lo más interesante es pensar qué plus nos pueden decir sus hipótesis de transformación a lo mejor del pensamiento que tengamos nosotros. Y qué vuelta de tuerca le da a lo mejor de nuestras tradiciones, nacionales, populares, o como queramos llamarlas. 

Por un lado, es bastante claro cómo contrastar lo dicho al Banco Mundial, a las izquierdas, al altermundialismo, a las derechas y el derrame, a los paradigmas más subjetivistas new age. Tampoco es tan difícil ver lo que le dice al paradigma tecno burocrático de la cooperación internacional, o al concepto de desarrollo. Tampoco vamos a tomar el trabajo de ver qué le dice a los discursos lavados de Francisco, en sus versiones internacionales, que abundan. El tema es qué le dice a lo mejor de lo nuestro. Porque ahí está el punto para encontrar el desborde. 

 

Cristian Arroyo – Voy a compartir dos o tres cosas de lo que leí y escuche.  Me parece que hay una enorme sabiduría de lo que es el pensamiento nacional, original nuestro, que tal vez no sea tan original, pero sí es algo que puede confrontar con las miradas más totalizantes europeas. Y es esta idea del poliedro como negación de lo perfecto, esta idea de pensar desde categorías claras, pero sin enfrascarse en ideologías cerradas. Y también lo pensaba en el marco de nuestro momento actual, de esta encrucijada que tenemos. Algunos compañeros planteaban el tema de caer en la grieta,  y pensaba en esa metáfora sobre San Martín, en el norte argentino, pensando que ya no había ninguna posibilidad de seguir avanzando por el Alto Perú, teniendo que buscar otros caminos. Me parece que el movimiento nacional y popular se encontró con ciertos límites, con una imposibilidad de transitar ciertos caminos, y tiene que empezar a buscar el desborde por otros lados. No vamos a avanzar hacia el Alto Perú, hay que ir a Mendoza para buscar otros problemas, otras preguntas. Y si uno se pone a ver en las cosas que se avanza y las que no, los problemas que tuvimos con Vicentin, o que tenemos en la confrontación contra el bloque de medios, o contra la justicia, ahí también se ve un poco la imposibilidad de seguir avanzando.

Entonces, pensar por dónde dar los desbordes, cambiar la relación de fuerzas y salir de esta relación que está empantanado al país, es una tarea sumamente interesante para seguir trabajando con lo que ustedes plantearon. Ahí hay una teoría que se tiene que hacer propia, y generar todo un desarrollo profundo, planteando semillas que se puedan trabajar recuperando los planteos del Papa. Y me parece que además de ser pensamiento universal, es también, profundamente, la recuperación de las claves novedosas y permanentes del pensamiento nacional y popular. 

 

Candela Hortiguera – Tenía ganas de hablar de la hipótesis “samiratanía política”. Creo que lo que nos puede aportar Francisco a lo mejor de lo nuestro es la frescura del buen samaritano. Francisco dice que el samaritano le ofrece al caído lo que muchas veces no queremos ofrecer, que es el tiempo. Esa es la frescura del buen samaritano, su frenar ante lo imprevisto, su cambio frente a lo nuevo para cuidar la vida en un momento donde seguramente tenía otras cosas para hacer. Así y todo decide frenar, y eso nos puede dar la clave. 

Quizás esta es la menos hipótesis de todas, porque es la más concreta, la más real. Se relaciona con lo que veníamos charlando del estar en los conflictos ¿Cómo estamos en esos conflictos? ¿Nos Involucramos? ¿Les prestamos atención? ¿Le damos nuestro tiempo y dejamos de hacer lo que teníamos que hacer? Y es interesante pensarlo también en un año electoral. Hace dos años que nos están cantando retruco todo el tiempo. ¿Cómo vamos a encarar esta cosa? Creo que en la lectura del samaritano hay una clave muy interesante, y que además es muy universal. Porque todos la entendemos, es muy sencilla. El otro día la trabajamos con adolescentes en la escuela y la entienden. Saben de lo que hablan, ellos saben que el samaritano es el “bueno”. Ahí hay una buena pista. 

 

Mercedes Baxzos – Los escuchaba y pensaba en esto de los conflictos y cómo transitarlos. Lo pienso en el plano institucional, sin medidas distintas, sin quedar enfrascados en las grietas, que terminan generando formas de expresión por omisión más que por explicitación, y es difícil tramitar el conflicto así. Porque a veces se tiende a evitar el conflicto, y se opera desde el miedo, lo que desafía nuestros modos de pensar dónde estamos, cómo estamos. Esos estar son a veces más desde dogmatismos, desde imperativos autoimpuestos, históricos, pero también pueden tener que ver con discernimientos que implican decisiones de operar sobre esta realidad desde el lugar de la transformación. Pensaba un poco en esa lógica, algo que me resuena desde el plano institucional en el que me muevo.

 

Santiago Barassi – Respecto a lo que dijo Javier, cuando lo escribimos con Néstor también pensaba si todos los puntos son hipótesis de transformación o no lo son. Lo cierto es que respecto a cómo y de qué modo se transforma hay una crisis de las recetas, de qué hacer y cómo hacer. Y una hipótesis de transformación clásica podría estar narrada de ese modo. “Esto es lo que hay que hacer para llegar a tal punto”. Francisco ha introducido algo, en un discurso, una narrativa, que es propio de lo religioso, porque al fin y al cabo Francisco trabaja de Papa, que es su cierta distancia con lo político, con lo académico, con lo institucional, con los discursos expertos de la ciencia o de las relaciones internacionales, y esa cierta distancia relativa que la da su condición el líder religioso es lo que también provee la novedad. Lo que hace que aparezca la novedad, o le da tanta ira o temor al capital o sus voceros respecto de Francisco, es que en algún punto la religión, en este momento, es la que puede apuntar al núcleo religioso del capital, que actualmente es un sagrado. En eso que decía Nico de clientes o pacientes hay algo donde se muestra la hilacha. 

¿Desde donde van a venir las recetas para ensayar algo novedoso? Seguro no va a ser desde un PDF. Va a ser más amplio el modo donde termina de aparecer o sedimentar. Pero me parece que en esta distancia relativa de Francisco, y esta cosa de un pensamiento incompleto, que también es una de las hipótesis, hay algo que deja siempre abierto a que la hipótesis se termine completando con la situación, con los actores propios de cada conflicto, y con las identidades de cada pueblo. Son planteos que dejan abierto siempre algo para que permita articular con cosas concretas. Creo que esa sería una reflexión sintética de lo charlado aquí.

 

Nicolás Del Mastro – Yo quisiera sumar tres frases de Bergoglio en las que uno va viendo el denominador común de las formas de hacer de Francisco. “Mientras mas alto mas bajo” es una. Ahí está esa gestualidad, ese elemento que está en su diplomacia vaticana, en la importancia de las giras papales donde uno ve con quien se reúne, a dónde va. Estamos ahí tratando entender y no vamos a entender si no vemos eso. Creo que lo dijo al principio, “mientras más alto, más abajo”. Otro punto que sintetiza la lógica, que algunos van a decir que es marketinera, es “nunca vi un camión de mudanza detrás de un cortejo fúnebre”. Eso explica muchas cosas de la diaria. Y por último, el tema de la unidad. Siguiendo con el pensamiento en el discernimiento, de las etapas que utilizan los jesuitas la última es la de fragmentación, y esa es la que se evita en el concepto de pueblo. El tema de la unidad está presente en todo los puntos, pero no explícitamente. Es como una consecuencia de todos los apartados. Me parece que hay que trabajar con la idea de la unidad, sobre todo por la coyuntura que vivimos. Son tres elementos que ayudan a seguir entendiendo esto del análisis.

 

Néstor Borri – Son muy heterogéneos los lugares de los que hablamos, pero hay algo que quisiera decir, y me viene después de esta charla y de estar rato largo pensando estas hipótesis, y considerando también por qué pusimos esto como uno de los tópicos del Polo. Hay algo en este énfasis que plantearon y es que quizás vivimos una coyuntura donde no puede haber proyecto, y donde no hay proyectos, hay gestos. Aparece la propuesta del gesto ante la imposibilidad, o la suspensión, o la no pretensión del proyecto. El proyecto es algo muy ilustrado, muy moderno, en cualquiera de sus versiones. Y lo que está cifrado en mucho de lo que Francisco plantea, y tiene que ver con lo que decíamos de la presencia, es el gesto como la unidad básica de la transformación, con toda la ambigüedad del término. 

De lo que decía Javier, “¿son categorías de análisis o son hipótesis de transformación?”, en el medio está el tema de cómo se modula la organización. Y en la cuestión del gesto, con sus implicancias epistemológicas para la investigaciones, éticas para el contacto, simbólicas para la palabra, hay algo bien importante. Uno podría preguntarse: ¿en qué interpela a lo mejor de nosotros, de los proyectos sociales, de las apuestas políticas? Preguntarse si acaso no hay déficit, una necesidad y una oportunidad de poner gestos de contacto real. No tiene que ver nada más con lo micro, se manifiesta en todas las escalas. Vuelvo a encontrar el gesto como una posibilidad interesante ante la imposibilidad de tener un proyecto. En la política argentina, en la situación del mundo, es bastante claro que en el mejor de los casos el proyecto es salir de la pandemia. Es algo al mismo tiempo indispensable, pero de un piso muy bajo. Y sin embargo, el gesto ante los caídos aparece como unidad básica. 



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